Función Principal de Instituto 2020

En sintonía con la serie de publicaciones que hemos venido haciendo durante esta semana, os presentamos la Eucaristía correspondiente a la función Principal de Instituto de hoy, 29 de marzo de 2020. De nuevo dirigimos todas nuestras oraciones para los contagiados por el COVID-19, enfermos, fallecidos y familiares, confiando en que nuestro Padre Jesús de la Pasión y María Santísima de la Estrella les acompañen en este duro camino.

Primera lectura
Lectura de la profecía de Ezequiel 37, 12-14

Esto dice el Señor Dios:
Yo mismo abriré vuestros sepulcros,
y os sacaré de ellos, pueblo mío,
y os llevaré a la tierra de Israel.
Y cuando abra vuestros sepulcros
y os saque de ellos, pueblo mío,
comprenderéis que soy el Señor.
Pondré mi espíritu en vosotros y viviréis;
os estableceré en vuestra tierra
y comprenderéis que yo, el Señor, lo digo y lo hago.

Salmo
Sal 129, 1-2. 3-4ab. 4c-6. 7-8

R/. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz,
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R/.

Si llevas cuentas de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto. R/.

Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora. R/.

Porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos. R/.

Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 8-11

Hermanos:
Los que viven sujetos a la carne no pueden agradar a Dios. Pero vosotros no estáis sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo.
Pues bien, si Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto por el pecado, pero el espíritu vive por la justificación obtenida. Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 11, 3-7. 17. 20-27. 33-45

En aquel tiempo, las hermanas de Lázaro le mandaron recado a Jesús diciendo:
«Señor, el que tú amas está enfermo».
Jesús, al oírlo, dijo:
«Esta enfermedad no es para la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella».
Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando se enteró de que estaba enfermo se quedó todavía dos días donde estaba. Solo entonces dijo a sus discípulos:
«Vamos otra vez a Judea».
Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedó en casa. Y dijo Marta a Jesús:
«Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá».
Jesús le dijo:
«Tu hermano resucitará».
Marta respondió:
«Sé que resucitará en la resurrección en el último día».
Jesús le dijo:
«Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?».
Ella le contestó:
«Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».
Jesús se conmovió en su espíritu, se estremeció y preguntó:
«¿Dónde lo habéis enterrado?».
Le contestaron:
«Señor, ven a verlo».Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban:
«¡Cómo lo quería!».
Pero algunos dijeron:
«Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía haber impedido que este muriera?».
Jesús, conmovido de nuevo en su interior, llegó a la tumba. Era una cavidad cubierta con una losa. Dijo Jesús:
«Quitad la losa».
Marta, la hermana del muerto, le dijo:
«Señor, ya huele mal porque lleva cuatro días».
Jesús le replicó:
«¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?»
Entonces quitaron la losa. Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo:
«Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado».
Y dicho esto, gritó con voz potente:
«Lázaro, sal afuera».
El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo:
«Desatadlo y dejadlo andar».
Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.

Peticiones

Por la santa Iglesia, para que Dios le conceda ser siempre la esposa fiel de Jesucristo. Roguemos al Señor.

Por los miembros de nuestras familias que han muerto en la esperanza de la resurrección, para que Cristo los acoja en su reino y los revista de gloria y de inmortalidad. Roguemos al Señor.

Por los pastores de la Iglesia, para que vivan su ministerio como servidores del Pueblo de Dios, reconociendo y animando la labor de los laicos en la Iglesia y en la sociedad. Roguemos al Señor.

Por los laicos, para que asuman responsablemente su vocación y misión cristianas y, para ello, realicen el proceso de formación necesario. Roguemos al Señor.

Por el personal sanitario, cuerpos de seguridad y servicios mínimos que en los tiempos que vivimos luchan contra la pandemia del coronavirus. Que el Señor les de fuerza en la labor que desempeñan y los proteja ahora y siempre. Roguemos al Señor.

Por los enfermos de la pandemia, para que el Señor les de fuerza en el amor de Dios y esperanza a sus familiares. Roguemos al Señor

Por nuestra Hermandad, para que sigamos creciendo en la alegría de ser Iglesia, en la Fe y en el amor a Dios. Roguemos al Señor.

Comunión Espiritual
Oración Espiritual de San Alfonso María de Ligorio

Creo, Jesús mío,
que estás real
y verdaderamente en el cielo
y en el Santísimo Sacramento del Altar.

Os amo sobre todas las cosas
y deseo vivamente recibirte
dentro de mi alma,
pero no pudiendo hacerlo
ahora sacramentalmente,
venid al menos
espiritualmente a mi corazón.
Y como si ya os hubiese recibido,
os abrazo y me uno del todo a Ti.

Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén.

Oración
Oración del Papa ante el Coronavirus

“Oh María, tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza.

Nosotros nos confiamos a ti, Salud de los enfermos, que bajo la cruz estuviste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe.

Tú, Salvación de todos los pueblos, sabes de qué tenemos necesidad y estamos seguros que proveerás, para que, como en Caná de Galilea, pueda volver la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.

Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, quien ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y ha cargado nuestros dolores para conducirnos, a través de la cruz, a la alegría de la resurrección.

Bajo tu protección buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies nuestras súplicas que estamos en la prueba y libéranos de todo pecado, o Virgen gloriosa y bendita”.

Canto Final

Estrella y camino, prodigio de amor;
De tu mano, madre, hallamos a dios.

  1. Todos los siglos están mirando hacia Ti;
    todos escuchan tu voz, temblando en un sí.
    Cielos y tierra se dan, en tu corazón;
    como un abrazo de paz, ternura y perdón.
  2. Tú nos lo diste en Belén, en pobre portal;
    en tu regazo le ven, el rey y el zagal.
    Tú nos lo diste en la cruz, altar de dolor;
    muerto en tus brazos está, un Dios redentor.
  3. Toda la Iglesia con fe, eleva un clamor;
    puestos los ojos en Ti, la Madre de Dios.
    Puente y sendero de amor, sublime misión;
    la de traernos a Dios, en tu corazón.

Final

V. María Santísima de la Estrella.
R. Ruega por nosotros.

V. Nuestro Padre Jesús de la Pasión
R. Ten misericordia de nosotros.

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